¿Te imaginas vivir sin música? La música es una parte esencial de nuestra vida. Nos acompaña en los momentos más importantes, nos hace sentir emociones y nos conecta con nosotros mismos y con los demás; pero para disfrutarla, necesitamos cuidar nuestra salud auditiva. 

En este artículo te contamos cómo la música y la audición están relacionadas, y te damos algunos consejos para proteger tus oídos mientras vives la magia de la música.

La música nos hace vibrar, tiene el poder de despertar nuestros sentidos, de hacernos reír, llorar, bailar y soñar. Es una forma de expresión única que nos permite comunicarnos sin palabras. Cada canción, cada melodía, cada nota es capaz de crear una banda sonora personal para nuestra vida que refleje quiénes somos y cómo nos sentimos.

La música nos acompaña desde que nacemos y forma parte de nuestra identidad. Nos ayuda a recordar momentos especiales, a relajarnos, a motivarnos, a inspirarnos… La música también tiene beneficios para nuestra salud física y mental: mejora nuestro estado de ánimo, reduce el estrés, estimula el cerebro, fortalece el sistema inmunológico y alivia el dolor.

La audición influye en la percepción musical. Nuestra capacidad de escuchar música puede verse afectada por una pérdida auditiva, incluso si es leve. Si no percibimos bien los tonos y frecuencias, el impacto emocional de la música puede disminuir. Los sonidos agudos pueden perderse y los graves pueden distorsionarse, cambiando la forma en que escuchamos música.

La pérdida auditiva puede afectar a nuestra experiencia musical de varias maneras: puede hacer que la música suene menos clara, menos rica y menos agradable; puede dificultar la comprensión de las letras de las canciones; puede alterar el equilibrio entre los diferentes instrumentos o voces; puede disminuir nuestra capacidad de seguir el ritmo o la melodía; puede hacer que perdamos interés o placer por la música.

La pérdida auditiva también puede afectar nuestra relación social con la música: puede hacer que evitemos ir a conciertos o festivales por el ruido excesivo; puede hacer que nos sintamos incómodos o aislados en situaciones donde la música es un elemento de comunicación o diversión; puede hacer que dejemos de compartir nuestros gustos o preferencias musicales con otras personas.

La música es más que un regalo para nuestros oídos; es un es un regalo para nuestra mente, nuestro corazón y nuestra alma. Nos permite disfrutar de un arte que nos enriquece y nos hace felices. Por eso, para poder apreciar la música, debemos cuidar nuestros oídos.

Los oídos son los órganos encargados de captar los sonidos y transmitirlos al cerebro. Están formados por tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído externo recoge las ondas sonoras y las dirige al tímpano. El oído medio amplifica las vibraciones del tímpano y las transmite a través de los huesecillos (martillo, yunque y estribo) hasta el oído interno. El oído interno convierte las vibraciones en impulsos eléctricos que viajan por el nervio auditivo hasta el cerebro.

Los oídos son muy sensibles y pueden dañarse por diferentes causas: infecciones, traumatismos, enfermedades, medicamentos, envejecimiento o exposición a ruidos fuertes. Cuando los oídos se dañan, pueden producirse problemas como tinnitus (zumbidos o pitidos en los oídos), vértigos (sensación de mareo o inestabilidad) o pérdida auditiva.

CONSEJOS:

Para cuidar nuestros oídos y evitar estos problemas, podemos seguir estos sencillos consejos:

  1. Controla el volumen: escucharmúsica muy alta durante mucho tiempo puede dañar nuestra audición. Es importante ajustar el volumen a un nivel cómodo y evitar (o al menos limitar) la exposición sonidos fuertes. Como regla general, se recomienda no superar los 85 decibelios (dB) de volumen.
  • Protégete en entornos ruidosos: si vas a asistir eventos con mucho ruido como conciertos o festivales, utiliza protectores auditivos para reducir el impacto en los oídos. Los protectores auditivos pueden ser: tapones a medida y tapones de espuma, silicona o cera que se introducen en el canal auditivo; orejeras que cubren toda la oreja; o filtros acústicos que se adaptan al canal auditivo y atenúan los sonidos sin distorsionarlos.
  • Limita el uso de auriculares: si usas auriculares, regula el volumen a un nivel moderado y establece pausas. No abuses de los auriculares ni los uses durante horas seguidas. Los auriculares pueden aumentar el riesgo de infecciones por acumulación de cerumen o bacterias; además, pueden aislar del entorno e impedir escuchar otros sonidos importantes como las señales de tráfico.
  • Revisa tu audición regularmente: al menos una vez al año, acude a Puntolab Audición para hacerte una revisión auditiva. Así podrás conocer el estado de tu audición, detectar cualquier problema a tiempo y tomar medidas para prevenirlo. En Puntolab Audición contamos con profesionales cualificados y equipamiento avanzado para realizarte pruebas auditivas precisas y personalizadas.
  • Explora diferentes tipos de música: no te quedes con un solo estilo o género musical. Descubre nuevas músicas que te estimulen y te sorprendan. Mantén una relación con la música que sea dinámica y divertida. La variedad musical te ayudará a desarrollar tu gusto musical, tu cultura musical y tu sensibilidad musical.

En Puntolab Audición somos expertos en el cuidado de la audición y ofrecemos servicios y soluciones personalizados para cada caso. Nuestra misión es que no te pierdas ni una nota de la música que te gusta. Podemos ayudarte a disfrutar de la música con toda su riqueza y belleza.

Conclusión: La música nos hace sentir bien de muchas maneras. Podemos escuchar música y estar en contacto con el mundo si cuidamos nuestra audición. Siguiendo estos sencillos consejos podrás proteger tus oídos mientras vives la pasión y la emoción que la música puede aportar a tu vida.

En Puntolab te ayudaremos a conservar la melodía que te hace único y estaremos encantados de acompañarte en este viaje. Siente cada nota con intensidad y descubre la armonía entre la música y la audición.

Puntolab Audición, tu centro de audición con un punto diferente.